texto de foto de una esquina
En medio del silencio que habitaba un martes a la mañana entre las veredas del barrio de Chacarita, se podía escuchar una simple pero armoniosa melodía orquestal que provenía de una florería situada en la intersección de las calles Lemos y Santos Dumont.
Más allá de la música, me llamó la atención el carrito rosa que se encontraba sobre la vereda, junto con los floreros ubicados a cada lado de la puerta, generando una imagen de perfecto equilibrio simétrico. Era atrayente la manera en la que la rampa para ascender a la vereda derivaba en la entrada de la florería, como si me estuviera convocando a ingresar.
Por simple curiosidad, desde ese momento, me prometí a mi misma pasar mínimo una vez al día por esa esquina. Descubrí que el carrito rosa lo colocaron fuera del local solamente tres veces esa semana, como también que, a menos que se hayan vendido, no modificaron de posición las flores que se encuentran al lado de la puerta, al ser éstas artificiales. La música que reproducen suele depender de los gustos de la vendedora que está de turno en ese horario, pero siempre, los martes a la mañana, en el casi imperturbable barrio, se escucha la melodía orquestal que inundaba la vereda el día que vi la florería por primera vez.

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